Es el 9 de octubre de 2020. Colombia empieza su camino en la eliminatoria al Mundial de Catar, contra Venezuela. Santiago Arias, dueño de la banda derecha desde el retiro de Camilo Zúñiga, hace parte del once titular.
Transcurren cinco minutos y nada extraño pasa. Pero en el 7:55, en pleno contragolpe venezolano, el delantero Darwin Machís avanza con un compañero y le hacen el dos contra uno a Arias.
El lateral, por entonces recién cedido del Atlético de Madrid al Bayer Leverkusen alemán, se exige al máximo y se barre con la pierna izquierda. Crac. La pelota se va al tiro de esquina y Santiago Arias se toma el tobillo izquierdo.
James Rodríguez, capitán del equipo, se agarra la cabeza con sus manos y ve al defensor retorcerse en el suelo. Los paramédicos ingresan para retirar en camilla al 4 de Colombia. Luego, pasan los días y el diagnóstico se confirma: luxofractura del tobillo izquierdo, con lesión multiligamentaria. Allí empieza otra historia.
El 2020 termina, llega mayo de 2021 y Arias no ha vuelto a jugar en Alemania. Lo ceden al Granada de España, debuta en septiembre, pero en el último partido del año una lesión de muslo lo saca durante otros cuatro meses. Mientras, Colombia se queda sin opción de ir al Mundial.
Cincinnati, la segunda oportunidad de Santiago Arias
En agosto del año pasado, Arias rescinde su contrato con el Atlético y pasa más de seis meses en el ‘club’ de los jugadores más valiosos sin equipo. En febrero de este año, en una jugada sorpresiva, apuesta por el fútbol estadounidense y con los colores del FC Cincinnati empieza a recuperarse.
Arias juega 21 de los 26 partidos que ha disputado el hoy líder indiscutible en la MLS, hace dos goles y una asistencia. Luego, marca un gol en tres partidos en la US Cup. Y en pleno renacer, el jueves pasado, llega el llamado para volver a la Selección Colombia, 1.056 días después de su última aparición.
“El tiempo de Dios es perfecto. Lucha por tus sueños y siempre ten fe, que todo lo malo pasará y lo bueno llegará”, publica en redes un Arias emocionado por volver a vestir la camiseta de la Selección. “Te mereces eso y más”, le dice Karin Jiménez, su esposa. “Eres un fénix”, “nunca te fuiste”, “llegó tu resurrección” (…) complementan los aficionados.
Arias, de pocas palabras, respondería tal cual le dijo a EL TIEMPO hace un mes sobre la opción que hoy es realidad: “Será como volver a jugar por primera vez”. Y su primer partido sería este jueves, contra Venezuela, en el Metropolitano de Barranquilla; mismo rival y mismo estadio de hace tres años. Entonces, Colombia ganó 3-0. Pero esta vez Arias, de 31 años, quiere terminar el partido en el campo. Es su deseo. Es su revancha.
Andrés Felipe Balaguera
Redactor de ELTIEMPO
@abalagueraa
