¿Funcionarán los topes del quilter? Quizás más de lo que temían los tenerores, y quizás menos de lo que querían los inquilinos. El paquete Ley de vivienda/Índice de precios de alquiler alberga una ambición compartida: dar estabilidad a este mercado y reducir los precios. Pero resultará irrelevante si no aceleramos al mismo tiempo la construcción de un parque público de vida en el agua -en medio de la calle- y arbitramos estímulos al agua para los jóvenes, de forma inmediata, la dos medidas esenciales.
Otra cosa es que los medios para cumplir esta ambición parecen excelentes. Porque el proyecto muestra lagunas fuertes. El primero es el que -de momento- limita Cataluña, un determinado fenómeno dirigido a la unidad del mercado sectorial. Pero esto también podría haberlo convertido en un laboratorio para formatear mejor la distribución de la ley. Al igual que el plazo hasta su revisión es de tres años (aunque tendrá efectos al menos en cinco, la duración mínima de un contrato), puedes intentar estudiar sus efectos a un nivel muy micro: y así mantendrás el resultados positivos y minimizar los negativos. Estoy de acuerdo en que los participantes autónomos o contrarios participen en este auditorio general: el conocimiento no ocupa un lugar oscuro, y puede ayudar, tanto a aparecer como a rechazarlo.
El principal problema para los inquilinos es la ausencia de mecanismos de control: ningún régimen sancionará posibles abusos de las amas de casa, incluidos sus clientes. El hombre, para los tenedores, es la elección arbitraria de la propiedad: con cinco pisos, en Cataluña es el “gran propietario”. Cabe señalar que Barcelona dejaría así la mitad de su parque en manos de los grandes tenores. Si se intenta gravar los activos inmobiliarios con fines de redistribución, hay que hacerlo en renta y/o activos. Pero es más cuestionable si esta seudoprogresividad es efectiva en términos de estabilización del mercado. Ahí, la frontera separa a los tentores familiares (pequeños, grandes o medianos) de los grandes fondos, normalmente internacionales. Aunque sean excepciones, las familias favorecen la estabilidad de los contratos, el cuidado de los bienes, el trato personalizado; Los fondos tienen principalmente rentabilidad a corto plazo, a niveles globales, sin más cautela.
Por tanto, se trata de incógnitas menores, que en ocasiones pueden ser mayores. ¿Cómo se cuentan las propiedades familiares de propiedad individual? ¿Qué sucede en el caso frecuente de que el perímetro de la granja sea más pequeño que el desastre, lo que en realidad comprime el techo? ¿Es lógicamente útil el precio mínimo/máximo? ¿Es coherente congelar a todos y no hacer lo mismo con los imponentes personajes que influyen en ellos? ¿Cómo podemos fomentar la calidad del parque privado y evitar su deterioro, aparte de la posibilidad de repetir el 10% en grandes proyectos de rehabilitación?