El alto representante de la Unión Europea para Política Exterior y Defensa, Josep Borrell, llega a eso de las 21.30 de la noche (hora local) de este viernes a su hotel en Pekín. La jornada maratoniana ha comenzado en Shanghái y ha terminado con una cena con el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, en la capital de China.
La guerra entre Israel y Gaza, que ha puesto la agenda geopolítica patas arriba, se ha comido buena parte de las discusiones con su homólogo chino. “Es normal”, se encoge de hombros Borrell (La Pobla de Segur, 76 años) en una entrevista con EL PAÍS que tiene que abandonar en cuanto su equipo le avisa de que le entra una llamada con un país del Golfo Pérsico.
Pregunta. ¿Qué opina sobre el ultimátum de Israel para que un millón de personas abandone el norte de Gaza en 24 horas?
Respuesta. Está muy bien que el ejército avise de que va a haber una operación militar y que la gente tiene que irse, pero claro, decirle a un millón de personas que se vayan en 24 horas cuando la mayoría de ellos no se pueden mover… Nuestra delegación allí ha estado recibiendo información de mucha gente de centros de acogida donde hay heridos, de hospitales que dicen: “¿Cómo nos vamos a ir, cómo nos vamos a mover, si tampoco hay transporte?”.
P. La ONU ha dicho que es “imposible”.
R. Es completamente irreal pensar que un millón de personas se puede mover en 24 horas. No sabemos qué es lo que van a hacer. Pero todo parece indicar que va a haber una operación terrestre.
Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete
P. ¿La respuesta de Israel que hemos visto hasta ahora cumple con el derecho internacional?
R. Hay elementos de esta respuesta que ciertamente no cumplen con el derecho internacional. Creo que es la tercera vez que lo digo. Pero no lo digo yo; lo dice el secretario general de Naciones Unidas. Y no es ningún descubrimiento. Decir que la respuesta tiene que cumplir con el derecho internacional… a ver quién se atreve a decir lo contrario: que no tiene que cumplir con el derecho internacional. ¿Alguien dice eso?
P. Una cosa es decir que tiene que cumplir y otra si se está cumpliendo.
R. Nosotros tenemos que seguir repitiendo y haciendo presión e insistiendo en ello. Eso de cortar el agua, cortar todos los servicios a una población, lo hemos dicho en el caso de Ucrania y lo mismo vale para aquí. Y no tiene nada que ver con que condenemos de la manera más fuerte posible los atentados.
P. Es lo primero que se ha hecho.
R. Pero es que una cosa no quita lo otro. Condenamos todo lo que ha hecho Hamás. Hamás está haciendo imposible encontrar soluciones pacíficas. Toda la condena. Pero luego hay un hecho objetivo: que las normas de la guerra dicen que esas cosas no se deben hacer.
P. ¿Qué va a pasar con la ayuda humanitaria a Gaza? ¿Va a llegar o no?
R. No lo sé. Ayer hablé varias veces con todos los actores en la zona de Rafah [el paso fronterizo entre Gaza y Egipto]. El sitio ha sido bombardeado varias veces. El ministro egipcio ha pedido que no se bombardee más, que ellos lo mantienen abierto, pero que las infraestructuras están dañadas y ha pedido que no se destruyan para que se pueda facilitar el acceso de la ayuda humanitaria, y me imagino que alguna evacuación selectiva.
P. ¿Y qué va a pasar con la ayuda de la UE a Palestina? Esta semana un comisario europeo pidió su suspensión. Usted salió a defender que eso no se puede cortar de pronto.
R. Bueno, no solamente yo. La inmensa mayoría de los comisarios está de acuerdo con que se haga un análisis [de las ayudas] porque nunca se sabe, pero suspender de repente todos los pagos… Creo que casi la unanimidad de los comisarios se han posicionado en contra de eso, en contra de dejar de cooperar con la Autoridad Palestina.
P. ¿Puede esta crisis cambiar las prioridades exteriores de la UE? Era un conflicto que estaba en parte olvidado.
R. En este momento, toda la atención está focalizada en lo que está ocurriendo y en lo que ha ocurrido. No olvidemos lo sucedido a partir del sábado: esos ataques con estas matanzas. Ahora la atención mediática y de la comunidad internacional está concentrada en lo más urgente. Pero esta es la cuarta guerra en Gaza que presencio en mi vida adulta, y eso demuestra que la comunidad internacional había olvidado el problema palestino. Israel estaba con los acuerdos de Abraham, haciendo la paz con los países árabes y había dejado de lado el problema palestino. Pero también la paz hay que construirla entre palestinos e israelíes. Y ojalá que lo ocurrido ahora sirva como llamada a la comunidad internacional para que intente responder.
P. ¿Se corre el riesgo de que quite el foco de la guerra en Ucrania? ¿Beneficia esta crisis a Moscú porque quizá esos tanques que iban a ir a Ucrania ya no llegan?
R. No. La vida sigue, la guerra en Ucrania sigue. Los medios no le dedican atención porque en las portadas solo cabe una crisis a la vez. Pero eso no ha cambiado la realidad. La realidad sigue siendo la que era el viernes.
P. ¿Hay riesgo de un contagio regional?
R. Es lo que tratamos de evitar, que haya reacciones que extiendan el conflicto. Pero nadie puede saberlo.
P. China no ha condenado expresamente los atentados, aunque sí los ataques a la población civil. ¿Ha podido tratar este tema con el ministro de Exteriores chino?
R. Claro que lo hemos hablado. El ministro chino, como otros países del mundo árabe, ponen el énfasis en el olvido de la causa palestina. Todo eso está muy bien. Pero eso no justifica lo que ha hecho Hamás y desde luego no ayuda a la causa palestina.
P. ¿Le ha pedido mayor contundencia?
R. Naturalmente que le he pedido que se pronuncien y que condenen estos ataques. La comunidad internacional no puede cerrar los ojos a los ataques indiscriminados contra civiles de Hamás. Todo lo que nos preocupe de la situación en Gaza no quita [esta condena]. Y hay que decirlo 10 veces, porque parece que si te preocupas por una cosa, disculpas la otra. De ninguna de las maneras.
P. El mundo está muy polarizado.
R. Lo que ha pasado no había pasado en mucho tiempo y las emociones están a flor de piel. Es muy difícil encontrar sitio para el matiz o el razonamiento. Ahora hay que ocuparse de lo más urgente, que es la situación en Gaza y evitar que el conflicto se extienda. Pero después el mundo debiera entender que el problema palestino sigue allí y que periódicamente hay una explosión de la violencia a la que sigue otra después. Y que la única solución de la comunidad internacional hasta ahora, que eran los acuerdos de Camp David, de los dos Estados, todos seguimos repitiendo que es la que se necesita. Pero es verdad que no se ha avanzado en ella. Y es verdad también que los gobiernos israelíes actuales la rechazan. Pero a nadie se le ocurre otra mejor. ¿Cuál es la alternativa?
P. En cuanto a la guerra en Ucrania, desde el inicio usted defendió que China debía ejercer un rol como mediador.
R. Más que mediador, dije que China tenía una gran influencia sobre Rusia. Y hoy lo he vuelto a decir: “Use usted la influencia que tiene sobre Rusia”, porque es evidente que China la tiene, para por lo menos conseguir que Rusia acepte desbloquear la exportación del grano de Ucrania.
Poco después, avisan a Borrell de que tiene que atender una llamada. E insiste una vez más: “Preocuparse por la situación humanitaria en Gaza no exime de la condena a Hamás ni de mostrar toda clase de solidaridad con Israel. Pero este ciclo de violencia que conduce a atentados terroristas, represalias militares, destrucción y vuelta a empezar. ¿Cuántos años llevamos así?”.
Sigue toda la información internacional en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Suscríbete para seguir leyendo
Lee sin límites